Tetsuya es el mejor arquero del país,
pero vive retirado en un valle remoto y trabaja de humilde carpintero. Un día,
otro arquero que viene de lejos le desafía. Tetsuya acepta el reto y le
demuestra al extranjero que para vencer tanto con el arco como en la vida no
basta la habilidad técnica. Un joven del pueblo le insiste para que le
transmita su saber. El maestro le advierte: puede enseñarle las reglas
necesarias, pero es él quien deberá trabajar sobre sí mismo.
Es así como Tetsuya empieza a enseñar a su
nuevo discípulo el misterioso camino del arquero, el recorrido de toda una vida.