Desterrada, en la
indigencia, y tildada de asesina, Cassandra, lady Paget, llega a Londres en
plena regencia, decidida a superar la reptación que la había precedido a fin de
encontrar un rico caballero que pueda devolverla a la extravagante vida a la
que estaba acostumbrada. Pone los ojos en Stephen, conde de Merton, un hombre
con posibles y de aspecto angelical, que no podría resistirse a ella.
Intrigado por el encanto de Cassandra, Stephen acepta
convertirla en su amante.
Pero a pesar de su
aspecto y su encanto, Stephen no es ningún ángel, y Cassandra no tarda en darse
cuenta de que hay que pagar un precio por intentar tentar a uno.