El relato
de Symonds, que arranca con la Conferencia de Londres de 1930, muestra cómo
todos los intentos de limitar el armamento naval acabaron siendo irrelevantes
antes de que finalizara aquella década, al tiempo que en Europa estallaba un
nuevo conflicto que enfrentó a las Armadas entre sí. La Segunda Guerra Mundial
en el mar ofrece una perspectiva global, centrándose en las principales
batallas y en las personalidades más destacadas, poniendo de manifiesto tanto
su magnitud como sus interrelaciones: el ataque de un submarino alemán contra
Scapa Flow y la batalla del Atlántico; el «milagro» de la evacuación de
Dunkerque y las enconadas batallas por el control de los fiordos de Noruega; ¿la
Regia Marina de Mussolini y la hegemonía del Kid? Butai y del poderío naval
japonés en el Pacífico; el ataque contra Pearl Harbor y posteriormente la
batalla de Midway; las tribulaciones de la Armada Soviética y el hundimiento
intencionado de la Flota francesa en Tolón en 1942; los desembarcos en el Norte
de África y más tarde en Normandía.
Y también están los destacados dirigentes navales: Roosevelt y
Churchill, que se autoproclamaban «hombres de la Armada», Karl Dönitz,
François Darlan, Ernest King, Isoroku Yamamoto, Erich Raeder, Inigo Campioni,
Louis Mountbatten, William Halsey, así como los cientos de miles de marineros y
oficiales de todas las nacionalidades que pusieron en peligro o perdieron sus
vidas durante los mayores conflictos navales de la historia, desde las
ofensivas a pequeña escala y las operaciones anfibias hasta las mayores armadas
jamás reunidas.
Muchos han argumentado que la Segunda Guerra Mundial estuvo
dominada por las operaciones navales; muy pocos han mostrado cómo y por qué fue
así. Symonds combina la exactitud con el brío narrativo, esclarece con la
solvencia de un experto la mecánica de la guerra en (y bajo) el mar, y nos
brinda su sabiduría para que podamos comprender la naturaleza de la guerra en
sí.