Alexia prácticamente acaba de llegar a Nueva York y liarse con su jefe era un auténtico sueño. Cuando Rod da el paso en la fiesta de Navidad, no lo duda ni un momento dispuesta a todo.
Las reglas eran claras, mientras aquello durara, nada de niños y en la empresa silencio absoluto respecto a lo suyo.
Después de dos años, su fría actitud hacia ella fuera de la cama, empezaba a molestarla.
Ya era hora de dejar al jefe.
Después de dos años, su fría actitud hacia ella fuera de la cama, empezaba a molestarla.
Ya era hora de dejar al jefe.