Se suponía que debía ser
un trabajo de verano, no un amor veraniego. Una simple forma rápida para que la
joven de diecisiete años, Sadie, gane algo de dinero con el que ayudar a su
incapaz —y muy embarazada— madre. Sadie aprende de primera mano que trabajar
como sirvienta doméstica es muy duro, especialmente si la casa pertenece a nada
menos que Jax Stone, la estrella de rock adolescente más atractiva del mundo.
Las órdenes que Sadie recibe son muy simples: no tienen que verla ni oírla.
Pero ni siquiera Sadie puede volverse invisible cuando Jax Stone la ve
vistiendo su uniforme de doncella.
Jax Stone puede tener a
cualquier chica, pero una simple mirada a la suave y nerviosa sonrisa de Sadie
bastará para que sea hombre muerto. Aunque siente una conexión instantánea con
Sadie, Jax sabe que nunca saldrá bien. En la vorágine de su mundo, las relaciones
no significan nada más allá de acabar con el corazón roto, y Sadie merece mucho
más que eso. Mucho más. Jax tiene que luchar contra la atracción, manteniendo
las distancias con Sadie y sus grandes ojos azules, su largo pelo rubio, sus
bronceadas piernas…
Vaya, no se lo está
poniendo nada fácil.
¿Pero a quién quiere
engañar? Ni siquiera una estrella de rock puede lograr lo imposible.