Ana María Moretti decidió cambiar de trabajo para prosperar y con su nuevo trabajo, su vida dio un giro radical.
Sobre todo por su nuevo y atractivo, aunque malhumorado jefe, que la ponía tan nerviosa que no hacía más que meter la pata continuamente.
Y ella no era así.
Sobre todo por su nuevo y atractivo, aunque malhumorado jefe, que la ponía tan nerviosa que no hacía más que meter la pata continuamente.
Y ella no era así.
Tenía que demostrarle que era la secretaria perfecta y si le seducía de paso.